domingo, 27 de enero de 2008

EL REGRESO DEL SOL


La noche llegó helada escondiendo sus estrellas,

Y no pude evitarla…

Debí seguir al Sol cuando lo vi alejarse en el ocaso,

Correr… volar si hubiera sido necesario,

Pero solo quedé allí

Parada indiferente,

Sintiéndome segura de mi suerte.

Me extrañaba el Sol y vi correr su sangre,

Bañando las montañas…

Herido me llamaba y no quería dejarme

Adiós…. Pensé que me diría,

Pero solo me miró en silencio,

Y yo… soberbia… sin sentido

Dejé que se marchara y no supe detenerlo.

Sin más, le di la espalda a sus últimos destellos,

Y entonces reaccioné espantada

La noche había venido sin aviso.

Me volví tras mi Sol… pero era ya muy tarde

Se había ido… ¡estaba sola!

Rodeada de tinieblas y de abismos

Sin distinguir salidas ni caminos.

No presentí que al irse, su luz se llevaría

Y sus caricias tibias sobre mi piel…

Temblé de frío, de soledad y miedo,

En medio de las sombras de mi funesto duelo.

Lloré pero era tarde

Sin Sol no habría luz, caricias ni consuelo

Solo su sangre roja en mi último recuerdo.

Desvanecí mis fuerzas sobre el suelo,

Y helándome por dentro de tristeza

Mas por no estar mi Sol que por el hielo

Me quedé dormida…o tal vez muriendo,

Absorbida por la sombra en mi agonía lenta

Sin ganas de luchar… fui desapareciendo

Y la negrura me sorbía hambrienta.

Presa la inconciencia del dolor y el miedo

Me pareció un momento…

Solo por un momento entre mi oscuro sueño

Que el beso de mi Sol había vuelto

Luché por despertarme y por encontrarme a tiempo

De abrir mis ojos luego y entonces poder verlo

Apenas mis retinas reaccionaban y era cierto.

Allí estaba mi Sol brillando Majestuoso

Iluminando el cielo… Soberano y Pleno

Con su serenata de vientos entibiados

Trayéndome de vuelta los colores y los sueños

Y yo volví a nacer y volví a enamorarme

Descongelándo a tiempo mi corazón en riesgo

Logré ponerme entonces sobre mis pies de nuevo.

Bailaré la danza de la vida ahora

A la cálida luz de un amor encendido

Amo al Sol de un largo día sin ocaso

Y volaré en sus alas para siempre

Iré hacia donde vaya aunque rodee el mundo

En un amanecer interminable

Ya no habrá noche fría que pueda congelarme.



Becky Son, Julio 2007

Edición: Poesías Aspirantes. Abba Proyectos 2,007

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