lunes, 10 de noviembre de 2008

LA NO-RECETA DE CÓMO VENCER EL DESÁNIMO

Estoy aquí sentada nuevamente frente a mi computadora, pensando… pensando… y volviendo a pensar en al menos una docena de cosas que tengo que hacer este día. Una vocecita muy dentro trata de emerger de entre la densidad de mis ideas revueltas para decirme que debo empezar a trabajar ahorita mismo o se me pasará el día sin haber producido nada, pero por alguna razón hoy no encuentro el switch para arrancarme los motores.


Me atrevo a confesar esto que para algunos parecerá una debilidad, porque estoy segura que habrá otros que se identificaran conmigo. No faltará quien me critique y le parezca absurdo que una cantante cristiana pueda tener este tipo de flaquezas y tal vez absurdas imperfecciones, pero yo quiero expresarlas por aquellos que necesitan saber que todos pasamos por momentos así en la vida, y a los cuales yo creo que les puedo aportar alguno de los beneficios aprendidos de mi propia experiencia.


Según he aprendido a través de años de experimentos que he realizado en mi romántico pero objetivo análisis de la vida (porque se puede ser ambas cosas a la vez eh), la diferencia entre quienes superan o no superan los ataques del desánimo es una palabra, o más que ello una acción: ESFUERZO. Y ya que sin duda querrán saber la aplicación exacta de esta fórmula en su propia vida, tendré que contarles primero de donde la saqué.


Mi Padre me escribió una carta hace mucho tiempo, en ella compiló sus mas importantes instrucciones para mi vida. No la escribió solo por dejarme un simple y frío manual de conducta al que yo pudiera alinearme y de esa manera evitarme muchos fracasos, la ilustró con historias verídicas y anécdotas fascinantes de leer, se aseguró que yo pudiera percibir su amor expresado en cada una de sus palabras, hacerlo le llevó mucho tiempo, pero lo hizo con dedicación porque sabía que cuando esa carta estuviera en mis manos, nada ni nadie jamás me podría convencer de que él no me ama, o de que está lejos, o de que no le importo.


Así que les compartiré unas palabras extraídas de la carta de amor de mi Padre, porque de allí aprendí que el desánimo mis amigos, se ataca de frente y firmemente con esto que se llama Esfuerzo.Algunos podrán estarse preguntando como yo lo hice una vez “¿Y donde lo fabrican o donde lo venden? Por que hoy parece que se me acabaron todas las reservas.” Pues he aquí, ¡descúbranlo!:

El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

(Para ver mas el link es Isaías 40:29)

El día que yo leí esas palabras por primera vez, y llegué a la parte “Fuerzas al que no tiene ningunas” grité para mis adentros ¡Esa soy yo!... pues si, era un día difícil en que mis reservas se habían agotado totalmente, pero ya mi Padre lo había previsto, así que dejó claro en su carta que cuando eso pasara, las fuerzas vendrían de él. No tuve mas que pedírselas, ¿te pareció muy simple? Pues a lo mejor esperabas una receta con 10 pasos secuenciales, ponga aquí, agregue esto y mezcle allá. Pero no es así, Dios las da, entonces pídeselas si sientes que no las tienes. Y no esperes una descarga eléctrica o una visión sublime para saber que ya llegaron, empieza a actuar creyendo que ya las tienes, justo en ese momento estarán allí, depositadas en ti mismo desde la cuenta celestial de Dios.


He aprendido que las fuerzas aparecen en el momento de esforzarte, no antes, no después. Justo cuando decides accionar, actuar, usar esas fuerzas que piensas que no existen, es un evento de perfecta sincronización. Tu pides y Dios da, tu accionas en función de lo que sabes tener ahora, y lo invisible se hace visible.

Haré eso exactamente ahora mismo, pediré y luego me esforzaré de frente y firme contra el desánimo, si tú pasas por algo similar, te recomiendo hacerlo también y nos vemos por aquí otro día compartiendo cosas nuevas.

¡!Hasta pronto!!

Becky Son